Las cartas del Tarot: Arcanos Mayores (12-22)
12. El Colgado
La carta número doce de los Arcanos Mayores del tarot, está representada por: un hombre colgado boca abajo, amarrado por un pie de un palo en forma de travesaño, cruzando el pie sobre la pierna como formando un cuatro.
El hombre tiene una especie de medias rojas y en su parte superior una prenda azul. Tiene aparentemente las manos ocultas como si estuviera amarrado por detrás.
El travesaño del que cuelga en unos tarots se sostiene de dos troncos, a modo de columnas como en otras cartas del tarot. Aunque en algunos tarots aparece el travesaño apoyado por un solo palo, aunque por las hierbas de los extremos, también parece simular las columnas pero ocultas. El hombre parece tranquilo y en algunos tarots tiene aura sobre la cabeza.
El Colgado suele ser asociado con el auto sacrificio y la paciencia ante las adversidades. Con el esfuerzo tesonero que requiere cualquier empresa difícil de llevar a cabo y cualquier causa noble. En las diferentes religiones y mitologías esto es muy común. El doce es uno de los números más importantes de la numerología, ya que simboliza la iniciación. Son doce los apóstoles iniciados por Jesús, doce los caballeros de la Mesa Redonda, doce los dioses del Olimpo, doce las pruebas que debe llevar a cabo Hércules para ser admitido en entre los dioses (la Iluminación), así como son doce los meses del año y los signos del Zodiaco.
13. La Muerte
Es la carta número 13 del tarot (XIII). En el mundo occidental, este número está asociado a la mala suerte, por eso, por superstición en muchas barajas se omite el nombre o el número. Este naipe pertenece a los Arcanos Mayores y está representado como sigue:
Un esqueleto humano aparece sobre el campo y a sus pies, se pueden observar restos humanos de diferentes géneros y posiciones sociales: nadie puede escapar a su hoja, ni el rico (rey) ni el pobre, en alusión al tópico literario Pulvis sumus et pulvis reverterimur (Polvo somos y en polvo nos convertiremos) utilizado durante el Medievo para recordar el poder igualatorio de la muerte. En varios tipos de tarot, el esqueleto tiene una guadaña entre las manos como arando la tierra donde están los cuerpos.
La Muerte no representa literalmente la muerte física y no necesariamente es un vaticinio negativo. La Muerte presenta el cambio, el fin de un ciclo y el resurgimiento de otro. Por ende, la muerte no debe ser temida.
14. La Templanza
En la carta numero catorce de los Arcanos Mayores del tarot tenemos “La Templanza”, representada por los siguientes elementos:
Muestra a una mujer alada como un Ángel, que sostiene un jarro del que vierte el líquido sobre otro recipiente igual. (Aquí quiero remarcar que dependiendo del tipo de tarot la representación variará más o menos). La mujer aparece en el campo. En algunos tipos de tarots, la mujer está vestida con ropa de dos colores, el rojo y el azul en cada mitad simétrica de su cuerpo.
Los jarros de los mismos colores que su vestimenta pero en orden opuesto. En otros tipos de tarot ésta carta muestra a un Ángel con vestimenta blanca, con un pie en la tierra y otro sumergido el agua de un lago. Del lago parte un camino hacia una montaña con una estrella o sol que la ilumina. Al lado del lago crecen unos lirios. En su pecho el Ángel tiene un triangulo, el símbolo del fuego.
A diferencia de otros seres que aparecen en la baraja del tarot, que son de corte espiritual, ella si toca el suelo, pero con un pie morado, color poco frecuente en las imágenes que simboliza la máxima santidad.
15. El Diablo
Esta es la carta número quince de los Arcanos Mayores del tarot y está representada como sigue:
-Un diablo eleva una mano abierta y en la otra sostiene una espada o una antorcha.
-Un diablo se encuentra encima de una especie de altar.
-Al nivel del suelo se encuentran dos demonios menores, uno femenino y otro masculino atados o encadenados de su cuello al altar.
-Al parecer tienen atadas sus manos por detrás.
-En algunos tarots (como el tarot “Raider”), la mujer-demonio tiene al final de la cola, uvas y el hombre-demonio la cola está encendida. A diferencia del de Marsella, aquí el diablo tiene una tea en la mano en lugar de la espada, y al parecer está encendiendo la cola del hombre-demonio.
Generalmente se considera que el Diablo representa al ser humano que está atado a los deseos materiales, los vicios y la materia. Suele representar el materialismo, la lujuria, la degradación y los excesos. Los dos demonios que están encadenados representan a la persona que está encadenada al mundo material incapaces de evolucionar espiritualmente.
En algunos casos puede representar la Maldad, pero en términos generales es algo más alegórico y se asocia con el plano material ó físico,
El Diablo suele ser interpretado en algunos casos como la versión maligna del Mago, y de hecho tiene en su representación tradicional a los cuatro elementos también. Se le asocia con la figura maligna y descontrolada, el antagonista principal que se deja llevar por su lado oscuro.
16. La Torre
En la carta número dieciséis de los Arcanos Mayores del tarot tenemos a “la torre” (o la “casa de Dios”). Este naipe está representado por:
-Una torre, sobre el campo, con tres ventanas como de castillo es alcanzada en su cumbre por un rayo. El impacto hace que las almenas se desprendan; en algunos tarots, lo que se desprende es una corona.
-Como resultado del impacto, se desprenden partículas doradas o bien bolitas de color azul y rojo.
-Al parecer dos personas caen como resultado del rayo, aunque en algunos tarots también pareciera que uno de ellos está buscando algo en el piso.
-En el “tarot de Raider”, la torre se encuentra en la cima de una montaña. Y las dos personas que caen son un hombre con capa y una mujer que trae una corona.
Tradicionalmente se asocia la Torre con el caos, la catástrofe y la ruina. La Torre de Babel que es destruida por tener cimientos débiles (la arrogancia). En general, la Torre representa la «ira divina» con el rayo destrozando lo construido y suele interpretarse que vaticina desastres y ruina. Sin embargo, su alegorismo más positivo es que la Torre representa las fuerzas divinas impulsando a la persona, sacándola de su comodidad en la Torre de Marfil para que pueda enfrentarse al mundo, crecer y evolucionar. La Torre, en cierta forma, representa la arrogancia que es castigada.
17. La Estrella
Este es el naipe numero diecisiete de los Arcanos Mayores de la baraja del tarot. La Estrella, está representada como sigue:
El protagonista de esta carta es una sencilla doncella totalmente desnuda, símbolo de la revelación de la esencia fundamental del ser, que lleva dos jarras en sendas manos. Está arrodillada en la ribera de un río, símbolo del movimiento, mientras vierte el contenido de una de las jarras en la corriente y el contenido de la otra en la tierra de la orilla simbolizando cómo el genotipo del antecesor se integra en el nuevo ser, cuando cae al río, mientras que la otra parte, que cae en la orilla.
Las siete estrellas que dominan el naipe representan los planetas. Suele simbolizar la Esperanza (estrella de Belén, estrella de David, etc.). El diecisiete, número que identifica a esta carta, es un número cósmico de esperanza y fe. Es el símbolo de la armonía radiante y el equilibrio activo. Es la suma del diez, que representa el ciclo universal, y del siete, numero sagrado por excelencia. Mitológicamente, Venus, o la estrella de la mañana, simboliza la resurrección, pues representa el paso del día a la noche, y viceversa.
Todo en esta carta evoca a la paz interior y exterior, la espiritualidad, y armonía: azules aguas, una hermosa y pura joven, un cielo estrellado, arbustos y campo, y un pájaro negro dispuesto a levantar vuelo listo para llevarse consigo cualquier negatividad existente. Pocas cartas hay tan positivas como la estrella, ya que cuando aparece en nuestra vida, ello representa un faro de esperanza e inspiración.
En los momentos de oscuridad nos muestra que existe un camino para salir de eso, y nos trae tranquilidad, disuelve preocupaciones, y augura cercanía de luz y libertad, solo es necesario depositar nuestra fe en algo, confiar en nosotros mismos y en los poderes que rigen el universo, lo que ayudará a superar las dificultades.
18. La Luna
Esta es la carta número dieciocho de los Arcanos Mayores en la baraja del tarot. Representada por una gran luna en el centro, un cangrejo que sale del rio, un perro y un lobo (aunque en algunos tarots pueden ser otros animales).
La Luna, está asociada con la entidad atómica desconocida, con el asiento del alma y con la eternidad. El cangrejo que sube simboliza algo subido de las oscuras profundidades, nuestros miedos y mas profundos temores y la vida de la imaginación separada de la vida del espíritu. El perro y el lobo son los miedos de la mente en presencia del escape, cuando este es solamente luz reflejada.
19. El Sol
El Sol es la carta número diecinueve del tarot y pertenece a los arcanos mayores. Este naipe está representado por un gran sol, y dos niños, símbolo de la eternidad, están jugando en un parque infantil, mientras son dorados por la luz diurna.
El Sol, está asociado con con el asiento del alma y con la eternidad.
Suele interpretarse como una carta tremendamente positiva que simboliza el éxito, la calidez, la alegría, el renacimiento, y todo lo positivo.
20. El Juicio
El Juicio es la carta número 20 del mazo de arcanos mayores en la baraja del tarot.
Usualmente presenta un ángel tocando la trompeta del día del juicio final y los muertos levantándose de sus tumbas. El ángel tiene las alas rojas y una vestimenta color azul. Generalmente se le asocia con el Karma y con cosechar lo que se siembra.
Siempre revela una transformación, un cambio que implica una decisión definitiva sobre el pasado en vista a una nueva planificación del futuro, que puede ser tan trascendental como un cambio total de vida, de actitud e incluso a veces de personalidad, en vistas a una liberación de la etapa anterior. Son situaciones que se recuperan, regeneración sobre nuevas bases sólidas y favorables.
El resultado final y exitoso de un esfuerzo o trabajo, un estado de gozosa exaltación interna, una visión más justa y objetiva de las cosas, el triunfo sobre las contradicciones internas o las dificultades externas. Invertida o desfavorable, revela la posibilidad de un juicio erróneo, ya sea sobre uno mismo o sobre los demás. Existen arcanos, como el Ermitaño, que retrasan los acontecimientos, en cambio, el Juicio siempre los adelanta o precipita.
21. El Mundo
El Mundo es una carta de la baraja del tarot. Corresponde al arcano mayor número 21. En algunos tipos de tarot, también es conocida como el Universo. Este naipe está representado como sigue:
Una mujer desnuda o una hermafrodita flota o baila encima de la Tierra mientras sujeta un bastón en cada mano rodeada por una corona mientras que es observada por varias criaturas. En viejas barajas, hay una cabeza o una cara humana, un león, un buey y un águila, los símbolos de los cuatro evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. También sostiene referencias a la visión de Ezekiel en el Viejo Testamento.
Es una referencia conjunta del conocimiento de la Biblia, la palabra de Dios. Barajas más recientes evitan símbolos cristianos tan evidentes y los ignoran completamente, escogiendo una explicación más sobre lo representativo del mundo natural o el reino de las bestias. La mujer aparece rodeada por la corona, que representa el agua, el águila representa el aire; el león, el fuego; el buey, la tierra, y la figura del hombre como un espíritu. Los cinco elementos.
En algunas barajas, la corona es un basilisco mordiéndose su propia cola. A veces, este basilisco es llamado uróboro o uroboros.
22. El Loco
Suele ser el arcano mayor de la baraja del tarot designado por el número 22, o sin número de arcano, o arcano 0.
El Cero es la Nada, y por ende, también es el Todo. Simboliza también el círculo que se completa; es por ello que el Loco representa tanto el inicio como el fin del viaje.
El Loco, está asociado con el cuánto y con la dualidad tiempo/espacio. Esta carta está representada como sigue:
El Loco es un joven que combina sabiduría e insensatez, hace las cosas al tuntún pero, curiosamente, están bien hechas y es normal que sean así. Este aspecto alocado y juvenil es un símbolo de la extraña naturaleza cuántica de la realidad. En sus hombros lleva una mochila cargada con los cuatro elementos del Tarot —símbolo de la relación tetra dimensional existente entre dos sistemas ortogonales consecutivos.
El Loco es quien va perdido y sin rumbo; se trata de una criatura que parece no vivir en la realidad; una criatura a quien nadie toma en serio y que vaga de un lado a otro, aparentemente sin saber qué busca ni adónde quiere llegar.
El Loco o El Bufón es el símbolo de la anarquía que reina en el nano cosmos. La carta del loco es la primera del tarot de Marsella, pero lleva el número cero, lo cual de algún modo le permite situarse fuera de la secuencia real.
El número cero parece casi bailar entre los opuestos (alfa-omega, hombres-dioses). Es un arquetipo itinerante que deriva por el alma como un nómada, representa por tanto un principio de movimiento instintivo, «loco», opuesto a todo sedentarismo de la consciencia, a toda acomodación del ego. Puede definirse, negativamente, como la otra cara del soberano, su contraparte mundana, un bufón de corte que es capaz de mezclarse entre el «sulphur vulgi» de la multitud.
A veces, puede ser visto como el «espía» del rey. Es, en definitiva, una figura que empuja hacia la vida de modo espontáneo, saltándose las protecciones conscientes y conservadoras (por ello es un arquetipo constelado sobre todo en la juventud del héroe). El loco se encuentra cercano a la materia prima o caos originario y, como atestigua su vestimenta multicolor, vive próximo al carácter festivo y carnaval.
Por su ethos aventurero y espontáneo, el loco presenta una dimensión doble: invita por un lado a la liberación de la energía creativa, pero también puede desviarnos del camino y convertirnos en vagabundos sin norte.
El lado izquierdo del loco representa el pasado, las cargas, los obstáculos, lo vivido, las personas que ya conoce, las personas menos evolucionadas que él, la parte del camino que ya ha transitado. La cabeza representa el presente, el hoy, el ahora. El gesto hacia la derecha se refiere al futuro, el camino aún no recorrido, las personas que aún no conoce, las personas más evolucionadas que él o lo que le queda por aprender.
También puede referirse a una incapacidad de integración o falta de objetividad. El loco hace referencia a la virtud de ver el entorno de una manera diferente, con mente abierta, facilidad para inventar historias o cuentos (sin referirse a la mentira), habilidad creativa.
Al Loco en su calidad de personaje inocente e intrépido que es imbuido en el viaje esotérico o iniciático se le asocia con el héroe solitario que alcanza el conocimiento oculto para combatir el mal y ha sido asociado con, por ejemplo, Parsifal o con el propio Rey Arturo en el ciclo artúrico, y con personajes más recientes como Frodo en El Señor de los Anillos, Luke Skywalker, Neo.
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